El compositor michoacano y avecindado en Ciudad Juárez, Chihuahua durante gran parte de su vida y uno de los baluartes de la música latinoamericana para todo el mundo, es sin duda, Alberto Aguilera Valadez, mejor conocido como Juan Gabriel, ha sido reconocido como uno de los representantes de la cultura mexicana de todos los tiempos en los Estados Unidos.
El compositor mexicano, mejor conocido como “El Divo de Juárez”, recibió la distinción con una de sus canciones, uno de los himnos que han acompañado su carrera y que aún en nuestros días, mantiene su esencia y especialmente en fechas como el 10 de mayo (Día de las Madres) y desde luego el 2 de noviembre (Día de Muertos).
“Amor Eterno” es la composición elegida por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, el repositorio más grande de todo el mundo en libros, videos, manuscritos y audios (incluida la música), y ahora cuenta con este gran tema de Juan Gabriel, para deleite de los fans mexicanos y de otras partes del mundo.
“Hemos elegido algunas canciones que son un tesoro y que se deben preservar”, dijo Carla Hayden, la titular de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, al hacer el anuncio de la inclusión de “Amor Eterno”, ya que es uno de los temas más aclamados por el público y quizá de las más famosas de la música latinoamericana.
Un himno en honor a la persona más importante para el cantante: su madre
Esta canción, escrita por el famoso cantautor mexicano, es un bolero con acompañamiento de mariachi que expresa profundidad de dolor a través de sus letras y melodía, y eso se expresa en el ánimo de quienes mantienen viva la presencia de un ser querido, en este caso, la figura de la madre.
Su inclusión en el registro reconoce su significado estético, cultural e histórico en la historia estadounidense, razón por la que, desde ahora, la canción del “Divo” forma parte del acervo mundial de la música, una distinción esencial para la carrera de una figura mexicana y un sinónimo de show businees en nuestros días.
La canción habla sobre los sentimientos de amor y tristeza tras la pérdida de la madre del interprete en el año 1974, la manera en que el cantante decidió sacar su dolor a través de la música con esta obra, es sublime, y tuvo su momento más increíble cuando la interpretó en el Palacio de Bellas Artes en 1990 como parte de su primer disco en el recinto cultural más grande de México, teniendo a Doña Victoria Valadez Rojas en sus pensamientos, y el resultado es simplemente épico.