En Oaxaca y otros estados del sur como Veracruz y Tabasco, existe una antigua tradición que se ha ido perdiendo con los años, pero que aún muchas personas practican como ritual para soltar lo malo y renovarse, nos referimos a la quema del Año Viejo.
Durante los últimos días del año en calles de la Cuenca del Papaloapan o la Mixteca es posible toparse con viejos sentados en la calle o banqueta, pero estos no son de carne y hueso, sino hechos de tela y rellenos de aserrín, los cuales simbolizan al Año Viejo en una antología con la última etapa de la vida, la vejez.
Aunque esta tradición tiene su origen en Veracruz años atrás está se extendió en Oaxaca donde las familias preparaban el muñeco con ropa vieja y el 31 de diciembre salían a las calles del pueblo para pasear con el muñeco mientras iban tocando puerta a puerta cantando “abre la puerta de tu casa que el viejo viene a despedirse” o “aquí viene el viejo, una limosna para este viejo quiere que le den, dulce de papaya”.
En ese entonces no se le daba dinero sino dulces o frutas se les ofrecía café a quienes llevaban el muñeco hasta las 12 de la noche cuando se procedía a quemar el muñeco del Año Viejo. Después, se añadieron otros elementos como usar máscaras, colocar botellas, letreros o vestirlos de personajes que fueron famosos durante el año.
¿Qué significa la quema del Año Viejo?
El significado de la quema del Año Viejo es profundo y espiritual ya que representa el adiós y el cierre del año, pero también para hacer una catarsis personal en la que se deja atrás lo malo que se vivió durante los 365 días del año, el cual es purificado por el fuego y nos permite renovarnos para el próximo año.
Para crear tu muñeco solo necesitas un pantalón viejo, una camisa de manga larga, las cuales rellenas con pasto seco, aserrín o papel, colocas unas manos y cabeza de cartón con su barba y sombrero. También, hay muchos negocios que venden muñecos ya creados que puedes usar para esta costumbre.
Aunque en la actualidad esta tradición se ha ido olvidando ya sea porque pocas familias siguen creando y colando su Año Viejo afuera de casa, porque los jóvenes ya no se interesan o porque hay otros rituales más amigables con el ambiente, lo cierto es que este forma parte del historia y cultura de Oaxaca y el sureste mexicano.
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