Si te gustan los relatos de terror, coincidirás en que los mejores son aquellos que pasaron en la vida real, o al menos son contados como si hubiesen ocurrido en sitios que sabemos que sí existen. Tal es el caso de la Leyenda de la Dama Enlutada, una terrorífica historia que surgió alrededor de los años 80 en San Luis Potosí y dejó a muchos sin dormir.
Se cree que fue a principios de los años ochenta en el mes de noviembre cuando ocurrieron los hechos que vivió un hombre llamado Abel Morales. Taxista de profesión, se encontraba trabajando muy tarde por la noche.
Sin importar que ya llevaba más de 5 horas trabajando, Abel recogió a una extraña mujer. Cuando pasaba cerca del panteón del Saucito, la vio: traía un vestido negro y un velo que cubría su cara. Parecía que venía de un funeral o estaba de luto.
Cuando la mujer subió al taxi, Abel sintió escalofríos, pero no le negó el servicio.
Fue entonces que la mujer le hizo una extraña petición: quería visitar cada uno de los templos de los siete barrios. Abel le señaló que ya estaban cerrados, pero ella dijo que no importaba, pues sólo quería rezar una oración en cada uno.
“Me gustaría ir primero al Templo de San Francisco, después a la Parroquia de San Miguelito, el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, el Templo de San Sebastián, el Montecillo, el Templo del Apóstol Santiago y por último, me trae a la iglesia del Saucito donde ahora nos encontramos”, le dijo la mujer.
¿Por qué visitó los templos La Dama Enlutada?
Durante el recorrido, la mujer no habló. En cada templo, sólo se bajaba del taxi, rezaba una oración hincada frente a cada lugar, y se volvía a subir.
Al final, le pidió a Abel que la llevara al lugar donde la recogió. Él le expresó que era peligroso y que el panteón estaba cerrado. Mas ella insistió y le dijo:
“No traigo dinero para pagarle, pero le daré esta medalla de oro y este recado para mi hermano, él le pagará el servicio”.
Cuando la mujer bajó, desapareció al entrar al panteón.
Al otro día, Abel fue a buscar al hermano en la dirección que La Dama Enlutada le había dado. Feliz, el hermano de la mujer le pagó su servicio, pero antes de irse le hizo una revelación.
La mujer había fallecido un año antes en un trágico accidente. Sin embargo, antes de morir, había prometido visitar los templos.
Aterrado, Abel no aceptó el dinero y se dice que falleció tres días después de manera sospechosa. Por ello, hasta la fecha, los taxistas temen pasar por el panteón del Saucito durante noviembre y las fechas de Días de Muertos, pues dicen que la mujer de negro, la Dama Enlutada, aún regresa para cumplir la promesa que la muerte no le dejó cumplir.
Con información de Quadrantín y Metrópoli San Luis.
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