Los alebrijes son esas figuras coloridas que mezclan animales reales y fantásticos para crear criaturas de ensueño, aunque existe una confusión del origen de estas artesanías: si son originarias de Oaxaca o si nacieron en la Ciudad de México.
Pedro Martínez, director del Museo Estatal de Arte Popular-Oaxaca, ubicado en San Bartolo Coyotepec, especialistas y descendientes de Pedro Linares, (creador de los alebrijes) piden a autoridades poner luz al tema para evitar confusiones.
Origen de los alebrijes
La Secretaría de Educación Pública refiere que Pedro Linares López se le reconoce como el inventor de los alebrijes, una artesanía elaborada de diferentes tipos de papel y que caracteriza por incluir elementos fisionómicos de varios animales para crear un ser imaginario.
Pedro Linares era un cartonero que trabajaba en el mercado de la Merced, en la Ciudad de México, realizando Judas para Semana Santa o calaveras para Día de los Muertos. Según él, obtuvo la inspiración para crear las figuras luego de un sueño tras quedar inconsciente en 1940.
Desde entonces la familia Linares tiene la propiedad legal a través del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial y la denominación de Patrimonio Cultural de la CDMX, aunque sostuvieron un pleito legal con el gobierno de Oaxaca por el nombre.
Confusión por los alebrijes
Pero si los alebrijes son originarios de la CDMX, por qué se tiene la creencia de que son de Oaxaca. Uno de los motivos principales es que se confunden con las Tallas de Madera, tolas y los nahuales las cuales son propias de Oaxaca.
La principal diferencia es que los alebrijes se realizan con cartón y papel, mientras que las tolas y nahuales son elaborados con piezas de madera tallada que buscan “el animal que tienen dentro”.
Las tolas y nahuales son un oficio heredado por generación que consisten en crear figuras de animales principalmente en madera de copal, las mismas que combinan los símbolos precolombinos mesoamericanos y los diseños textiles.
Las tallas de madera también representan la cosmovisión zapoteca del destino y el alma de una persona a partir del calendario prehispánico de las 20 tonas y el bestiario. Las figuras suelen hacerse en San Antonio Arrazola, en San Martín Tilcajete, La Unión Tejalapa y San Pedro Tabiche.
Al respecto, Leonardo Linares, nieto del creador de los alebrijes reiteró que la Secretaría de Economía de Oaxaca intentó usar el nombre “de alebrije para Oaxaca” por lo que tuvieron que contratar un abogado especializado con lo que inició un pleito legal.
Finalmente, el pasado 16 de febrero el 2022 el Diario Oficial de la Federación publicó la declaración de protección de la Indicación Geográfica Tallas de Madera: Tonas y Nahuales, Artesanías de los Valles Centrales de Oaxaca, pero de ninguna manera alebrijes.
Valor a las tonas y nahuales
Pedro Martínez, director del Meapo, hizo un llamado para reconocer el origen de los alebrijes, pero también el valor de las tonas y nahuales. Ante eso anunció que el Meapo busca crear una nueva sala dentro del museo dedicada a esta expresión artística.
“En eso estamos trabajando, buscando recursos federales para la ampliación de este espacio, y saldar la deuda que se tiene con los artesanos populares, tanto de la CDMX como de Oaxaca”, refiere a una entrevista a Excélsior.
Por último, pidió a dependencias del gobierno como la Secretaría de Cultura Federal, Instituto Nacional de Pueblos Indígenas y la Secretaría de Cultura de Oaxaca de difundir y valorar las creaciones zapotecas por su nombre: tallas de madera, tonas y nahuales.
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