En Oaxaca existen varios relatos que le dan forma a la cultura popular en el estado, que tienen que ver con la idiosincrasia de cada una de las ocho regiones de OAXACA y una de ellas está enclavada en la cultura del pueblo de San Pedro Mixtepec, donde su pasado de “cazadores” le ha dado fuerza al relato de la Leyenda del Cerro de la Vieja.
El relato habla sobre un cerro frecuentado por decenas de cazadores, en una región en la que en antaño estaba ocupada por los habitantes que tenían como fuente de sobrevivencia, la caza, esos hombres descubrieron en una gran roca de dicho cerro, la imagen de una mujer india con largas trenzas marcada en la roca.
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La sorpresa que sigue activa entre los pobladores
La sorpresa llegó cuando descubrieron junto a la roca, una gran cantidad de plomo, mineral (muy raro en la naturaleza) que atrajo a más cazadores al sitio, sin embargo, lo curioso es que, de acuerdo con los relatos, de cada tres cazadores que subían al cerro, solo bajaban dos, esos dos no encontraban resquicios de la mujer tallada en la roca, mientras que el tercero, nunca volvía a verse mientras durante la noche se escuchaban gritos horripilantes en la cima del cerro.
De acuerdo con los pobladores, los cazadores que desaparecían, tenían la mala fortuna de encontrarse no sólo con la roca, sino a la hermosa mujer que se desprendía de la roca y se disponía para perseguir y atacar a los hombres que aterrados solo alcanzaban a gritar durante su alocada huida por el cerro, hasta que el silencio se adueñaba más tarde del lugar.
La leyenda comenzó a extenderse entre los pobladores y cazadores, quienes a pesar de lo peligroso que podía ser subir a la cima del cerro para encontrar el valioso plomo (indispensable para crear balas), lo hicieron una y otra vez, siendo varios de ellos un número más a la lista de los que nunca volvieron.
Dicha leyenda continúa en la actualidad en San Pedro Mixtepec y de acuerdo con los pobladores, la mujer de la roca aún permanece arriba y resguardando el valioso plomo, ante el acecho de los cazadores que tienen en su avaricia a su peor enemigo.