Estamos en marzo y en pocos días llegaremos a la Semana Santa, misma que comienza en el mes de febrero con el miércoles de ceniza y finaliza con el domingo de resurrección, que en este año será el domingo 3 de abril.
En este contexto, en Oaxaca existe una tradición vinculada con esta fecha, una celebración muy rica, fresca y llena de alegría para quienes acuden en estas fechas al estado y a quienes son pobladores habituales, razón por la esperan con agrado el cuarto viernes de cuaresma, que en este año ocurrirá el viernes 8 de marzo.
Dicha tradición lleva el nombre del Día de la Samaritana, en referencia al pasaje bíblico en el que una humilde samaritana ofreció agua a Jesús de Nazareth cuando éste estaba sediento junto al pozo de Jacob en la antigua ciudad de Siquem.
De acuerdo al relato, la joven se sorprendió porque los judíos regularmente no hablaban con los samaritanos, pero no se negó a darle el agua, ya que Jesús le dijo que él podría darle el agua necesaria para que nunca volviera a tener sed, en referencia a la palabra de Dios como alimento y bebida para el espíritu.
Este relato ha sido difundido a través de los siglos por la religión católica y escuchado en las iglesias por millones de fieles, es por ello, que, en Oaxaca, este día se le hace honor a la Samaritana y los vendedores y pobladores de diversos pueblos del estado y especialmente en la capital del estado, mujeres ofrecen agua de sabores a los visitantes y oaxaqueños que pasan junto a ellos.
Belleza, sabor y color en el Día de la Samaritana
Esta tradición se vuelve todavía más bella, cuando los paseantes recorren los barrios tradicionales como Jalatlaco, Xochimilco o la Merced, además del Paseo Juárez “El Llano”, el andador turístico y el Templo de la Preciosa Sangre de Cristo en el centro de la ciudad y ven sorprendidos grandes ollas de barro y arcos decorados con flores de bugambilia, papel china, y pendones de tela.
En dichas estaciones, las ollas de barro contienen generosas cantidades de agua de sabor, entre las que destacan las de horchata, chilacayota, tuna, zapote negro, tamarindo y limón; además de otros manjares oaxaqueños como el delicioso tejate (bebida con base en maíz, cacao, hueso de mamey y flor del cacao o rosita de cacao), además de dulces típicos de la región.
Es por ello, que cada año Oaxaca preserva esa tradición digna de la Cuaresma, y previo a la Semana Santa católica, con una manera alegre y llena de simbolismo, al ofrecer agua al sediento y dulces para aliviar el alma, además de la palabra de Dios como alimento esencial.
Este festejo también destaca por los trajes típicos de las ocho regiones de Oaxaca; Valles Centrales, Cañada, Costa, Cuenca del Papaloapan, Istmo de Tehuantepec, Mixteca, Papaloapan, Sierra Sur y Sierra Norte que portan mujeres y cocineras tradicionales que ofrecen las aguas de sabor en las calles principales de los barrios y calles del centro de Oaxaca.