El Pan de Yema, originario de Santo Domingo, en los Valles Centrales, es mundialmente conocido por su intenso sabor dulce, pigmentación amarilla y forma redonda y esponjosa que es decorada por ajonjolí. Puede venir en diferentes tamaños, que varían entre los cinco y los 30 centímetros y pesar de 30 gramos a un kilo y medio.
Muchos lo comparan con el pan “Brioche” de origen francés, por el abundante uso del huevo, pero el mexicano es más esponjoso y tiene una miga con menos grasa.
- ¿De dónde viene su nombre?
El Pan de Yema obtuvo su nombre por la gran cantidad de yemas de huevo que se ocupan en su preparación. A diferencia de otros panes, esta delicia oaxaqueña es peculiar porque los únicos líquidos que lleva son los huevos, de ahí en fuera podemos encontrar el uso de azúcar, levadura, mantequilla, anís y sal.
Sin embargo, algunos prefieren agregar pulque en lugar de la levadura o cambiar el anís por vainilla o canela.
Puede acompañarse con chocolate caliente, atole o café. Si no lo quieres comer solo, puedes optar por ponerlo en el mole, para darle mayor consistencia, o capearlo y freírlo para hacer capirotada.
- Nunca puede faltar en las celebraciones.
Ya sea en bautizos, bodas y fiestas del pueblo, el Pan de Yema no puede faltar en ninguna ocasión, mucho menos si se trata del Día de Muertos. El mes de noviembre es la temporada donde más se consume, pues cumple el papel de lo que alrededor de la República se conoce como “pan de muerto”.
A diferencia del pan espolvoreado de azúcar y con decoraciones de huesos que conocemos, en noviembre el Pan de Yema es decorado con rostros o figuras de alfeñique que representan las almas de los que ya no están. Se coloca uno por cada ser querido que esté presente en la ofrenda y de acuerdo a una costumbre zapoteca, los dueños de la casa regalan varias piezas a sus vecinos o visitantes durante este festejo.
Por otro lado, puede ser un regalo que simboliza la unión de dos familias. En Oaxaca se tiene la costumbre que cuando una pareja va a contraer nupcias, la familia del novio ofrezca a la familia de la novia Pan de Yema como forma de “pago” al igual que fruta, animales y mezcal para conseguir el permiso de casarse.
- ¡Cuidado con el Pan de Yema falso!
Sí, como lo leíste. El Pan de Yema no está exento de tener imitaciones poco gustosas al paladar, pero no te preocupes que diferenciarlo es muy sencillo. Mientras que el original obtiene su sabor y color por la enorme cantidad de yemas que se usan para hacerlo, el falso lo genera gracias a la pintura vegetal que le ponen para aminorar el uso de yemas de huevo, pero termina dándole un sabor insípido.
Ahora que ya conoces su historia e importancia, no olvides probarlo la próxima vez que visites Oaxaca.
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