De los hornos humeantes se desprende el olor inconfundible, de la imaginación las figuras caprichosas que son plasmadas en este alimento con el trazo casi perfecto de las manos. Es en Mitla, en sus panaderías en donde se ha consolidado la tradición milenaria de la producción del pan de muerto pintado.
Con caras sonrientes, regordetes y sudorosos, por el calor intenso en pleno mes de octubre, se venden y se ofertan tanto el Mercado de Abasto así como en los hogares de esta localidad conocida en zapoteco como Lyobaa “Lugar de los Muertos”.
“Si no es pan de Mitla, no es pan de muerto”, reza la tradición, una tradición ancestral que ha pasado de generación en generación y en la Panadería del Centro, una de más de 22 que existen en Mitla, no es la excepción.
Desde muy pequeña a Wendy Quero le nació el amor por la producción del alimento, ella junto con sus padres han consolidado este negocio, que los ha llevado a ser reconocidos a nivel estatal y nacional e internacional.
De uno de los dos hornos de barro de la Panadería del Centro, cada 20 minutos unas 65 piezas del alimento están en su cocción perfecta y listos para pasar al proceso de decoración.
“Los panes chicos son aproximadamente de 50 gramos y los más grandes que hemos elaborado es de 4 kilos 500 gramos y mide al rededor de metro y 50 centímetros”, señala Wendy.
Desde la capital del estado, en la Ciudad de México, hasta Nueva York, Los Ángeles, Illinois y otros estados de la unión americana, los bollos han sido requeridos para su venta.
Los panes que se elaboran en Mitla son de dos tipos, los de yema o los sencillos ,o conocidos aquí como los corrientes, los cuales no tienen como ingrediente principal el huevo. Ambos se decoran con pastas diferentes el primero con huevo y limón mientras que el segundo sólo es de harina y agua.
Trazos perfectos
Desde hace 44 años en la Panadería del Centro los hornos trabajan a marchas forzadas desde el 22 de octubre hasta después del 3 de noviembre para no dejar morir la tradición.
Mientras que desde hace 36 años las manos maestras de Miguel Ángel Ruiz traza sobre los bizcochos flores y velas así como algunas grecas y otras figuras caprichosas.
Con una pasta elaborada con agua y harina, para los panes corrientes, Miguel logra plasmar lo que le dicta su imaginación, él es parte de más de una veintena de adultos y jóvenes que todas las mañanas y tardes acuden a las panaderías para decorar el alimento.
Miguel asegura que se trata de una tradición que dictan sus antepasados; de las figuras que se realizan sobre el pan asegura que es una forma de recordar a quienes han partido.
El pan, dijo representa a cada uno de los familiares, amigos y cercanos quienes han fallecido por ello es que este alimento no debe de faltar en cada uno de los altares del “Lugar de las Almas”.
Aunque Miguel asegura que lo que más se le facilita es pintar flores y velas, asegura que las nuevas generaciones han evolucionado con el tiempo, ya que muchos de los jóvenes diseñan y trazan con maestría grecas, pájaros, dioses zapotecas.
Con la tecnología los muchachos logran realizar otros dibujos que para nosotros ya son difíciles, señala Miguel uno de los artistas más veteranos de la Panadería del Centro.
La tradición del pan de muertos decorado de Mitla, es una de las tantas opciones culinarias de Oaxaca.
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