Indígenas de la comunidad triqui de San Juan Copala, Juxtlahuaca, que desde hacía 12 años estaban instalados a manera de protesta en el atrio principal del Palacio de Gobierno de Oaxaca, fueron desalojados durante la madrugada de este viernes por autoridades municipales con apoyo del gobierno estatal.
De acuerdo con el comunicado emitido por el gobierno municipal, el operativo se produjo durante las primeras horas de este viernes 2 de diciembre.
La administración municipal a cargo de Francisco Martínez Neri, señaló que el desalojo se llevó a cabo para garantizar el libre tránsito a todas las personas y a su vez recuperar el Zócalo capitalino y los portales del Palacio de Gobierno, mismos que desde el 2010 habían estado ocupados por los pobladores de San Juan Copala.
Esta acción se llevó a cabo después de haber agotado las instancias de diálogo, en las que se invitó al comercio irregular a retirarse de este espacio público, ofreciéndoles alternativas de reubicación para la comercialización de sus productos, además de atender y canalizar de manera efectiva las exigencias que originaron su llegada a este espacio y su permanencia.
Limpian la zona
Luego del retiro de los comerciantes (en su mayoría indígenas triquis), inspectores de servicios generales del ayuntamiento limpiaron el área, quitaron estructuras metálicas y de madera, para proceder a la limpieza y pintura del sitio, actividad que finalizó durante la mañana con apoyo del Cuerpo de Bomberos.
La Secretaría General de Gobierno ofreció el atrio del templo de San Agustín, en inmediaciones del Zócalo de Oaxaca, a los integrantes del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui Independiente (MULTI) para mantener su protesta y continuar con sus actividades comerciales y no interferir con la celebración de “La noche de rábanos” en el centro de la ciudad.
Varias mujeres ataviadas con su traje típico, señalaron que no se les hacía justo que recibieran ese trato, tomando en cuenta que lo único que pedían era justicia y seguridad tanto para quienes estaban en el atrio como para los pobladores triquis de San Juan Copala.
La manifestación y protesta por parte de los indígenas triquis se suscitó luego del asesinato de la activista Bety Cariño, directora del Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (Cactus) y del ciudadano finlandés Jiry Jaakkola, ocurrido en San Juan Copala, cuando formaban parte de una caravana humanitaria y de observación de derechos humanos en territorio triqui, el 27 de abril de 2010.
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