Autoridades municipales de distintas regiones del Istmo de Tehuantepec, están sufriendo problemas de transporte y últimamente han comenzado a generarse problemas de inseguridad, que se atribuyen a los miles de migrantes que están pasando diario y a toda hora por esta zona, luego de que los flujos migratorios cambiaron de ruta por Veracruz y ahora pasan por Oaxaca, cosa que ya está pasando factura entre los pobladores.
Ejemplo de ello es el llamado lanzado por el presidente municipal de Santiago Niltepec, Froylán Medina Santos, quien pidió a los pobladores “cerrar la puerta” a los migrantes, debido a que en los últimos días algunos extranjeros han sido señalados como probables responsables de robo en casas habitación.
El llamado no es gratuito, es quizá desesperado por la cantidad de personas que día con día están colapsando los servicios de los municipios, lo que está generando el rechazo de los propios pobladores, por lo que ya se está pensando en pedir incluso la ayuda de la Guardia Nacional.
El edil lanzó su petición a través de redes sociales, sin embargo, no tuvo la respuesta que esperaba y ante las críticas, prefirió borrar su mensaje en video, pero la idea no está descartada por su gobierno.
Desde ya algunos meses, se pueden ver miles de personas originarias de distintos países, cruzar y pernoctar en las calles, centrales de autobuses y tiendas de autoservicio, así como en las plazas públicas, con el ánimo de pedir dinero o incluso sin pedir nada, pero con la intención de abordar algún transporte que los lleve a la capital del país o hacía el norte, a la frontera con Estados Unidos.
Pobladores ya están irritados
El problema es que el incesante flujo migratorio está colapsando los servicios que se ofrecen en los poblados, ya no hay suficientes corridas de autobuses para los trabajadores o pobladores locales, porque los visitantes extranjeros colman todas las rutas y hacen imposible el traslado de la gente que por años ha tenido esa rutina y ahora están siendo afectados por esas medidas.
De acuerdo con el munícipe, en un primer momento los propios pobladores les ofrecían alimentos y cobijo a los migrantes, mismos que se alojaron en el Palacio Municipal afectado por los sismos del 2017 y convirtieron el parque central en un gigantesco sanitario, en el que los migrantes hacen sus necesidades, por lo que la situación ha llegado a un límite en el que los pobladores ya no están dispuestos a aceptar el flujo extranjero y sobre todo, que acaparen los boletos de autobús.
Un síntoma de esa presión e irritación, sucedió en la central de autobuses de Primera Clase de Niltepec, en la que varios taxistas decidieron bloquear la entrada y salida de autobuses de la línea ADO, debido a que no están conformes con que se sigan vendiendo boletos a migrantes, ya que acaparan el servicio y no dejan lugares para los propios pobladores.
Los taxistas expusieron que los extranjeros realizan sus necesidades en la periferia de la central camionera y ahuyentan a los ciudadanos que desean el servicio del automóvil de alquiler. Incluso acusaron que cuatro de sus compañeros presentan infecciones intestinales por esa situación.
El bloqueo fue levantado más tarde, pero amenazaron que si la línea no hace caso a sus peticiones y los gobiernos no suman esfuerzos para mejorar esta situación, cerrarán la central de forma definitiva hasta que resuelvan sus peticiones.
El rechazo hacia los grupos de migrantes también se han hecho presentes en medios de comunicación y redes sociales, en las que los propios ciudadanos piden que se frene el flujo migratorio.