En los últimos meses, grupos de activistas se han dado a la tarea de protestar en las calles de Oaxaca, por el aumento de ciudadanos extranjeros y de otros estados del país, que han llegado a beneficiar la economía de la capital del estado, pero, por otro lado, también han desplazado a los pobladores originales, ya que no pueden seguir costeando su vida rutinaria debido al incremento de los precios y en especial de las rentas, cosa que hasta hace unos años eran bastante accesibles.
Este fenómeno se conoce como gentrificación, en pocas palabras, es el desplazamiento de los pobladores de una zona en especial, por otros con mayor poder adquisitivo, quienes, al contar con mayores recursos, dejan de lado a quienes vivían en esas zonas que hasta hace poco eran populares, haciendo que se eleven los costos, las rentas y los servicios, lo que a la postre produce que esos habitantes desplazados tengan que emigrar a otra zona para ajustar su bolsillo y ello a su vez, van a desplazar a los habitantes de esos lugares a quienes ya no les va alcanzar.
Esta situación ha generado que grupos de activistas se manifiesten en las calles, como sucedió el pasado sábado, cuando un grupo de personas marcharon contra la gentrificación de la capital oaxaqueña; sin embargo, presuntos infiltrados provocaron destrozos en inmuebles del Centro Histórico de la ciudad.
Estos colectivos denuncian estos actos que están produciendo discriminación entre los propios pobladores, quienes están notando como empresas y plataformas digitales como AirBnB (centradas en la renta de departamentos y casas que los dueños ponen a disposición de otros), se están apropiando de zonas que hasta hace poco tiempo eran colonias populares y accesibles, pero que ahora, están siendo ocupadas en su mayoría por visitantes extranjeros, quienes se quedan a vivir en esos lugares aprovechando que las rentas son muy baratas para ellos, pero incosteables para los lugareños.
Oaxaca ya no es tan accesible como antes
Estas personas se les conoce como nómadas digitales, trabajadores que no tienen que acudir a una empresa para trabajar y que aprovechan las herramientas tecnológicas para mantener sus puestos de trabajo, mientras que el empleador no le importa desde dónde o cómo se conecten, lo que ha sido muy benéfico para los empleados, quienes han emigrado de sus países de origen (por no poder costear los altos costos de las rentas) a países como México, en los que su sueldo les alcanza muy bien para vivir con comodidad y sin sobresaltos.
Ese mismo escenario, se vive con empresarios y ciudadanos mexicanos, que tienen el poder adquisitivo para poder poner una empresa, un local comercial o que pueden comprar bienes raíces, mismos que aprovechan (y están en todo su derecho), para ofrecerlos al mejor postor, pero con la consecuencia, que esos postores, desplazan a otros pobladores que no pueden comprar en esos locales o rentar en las propiedades.
Es por ello, que colectivos nacionales y extranjeros, se han agrupado para protestar en contra de la gentrificación desmedida y sin control por parte del gobierno oaxaqueño, en perjuicio de quienes están siendo desplazados y a quienes no se les ofrece alternativas, además de que los propios comercios están adoptando cultura e idioma extranjero por encima del nacional, como ocurrió hace unas semanas, en las que una internauta denunció que los menús del restaurante al que ingresó tenía las cartas en inglés y se le negó una en español, o la reciente ola de locales comerciales que están ofreciendo comida oaxaqueña a precios incosteables.