Se bebe fuerte porque el recuerdo lo necesita. ¡Héroes!, así los llamaron. Los cinco comuneros de San Lucas Quiaviní, Tlacolula, fueron despedidos con honores, pero con impotencia y dolor.
Ingresar a esta localidad zapoteca de Oaxaca, es sumergirse a la tragedia. Desde el acceso el ambiente es tenso, de preocupación, pero también de respeto.
Último adiós a los héroes de San Lucas Quiaviní
Uno a uno se cuentan los ataúdes, grises y azules, en la explanada del templo católico de la población. Más de media docena de bandas de viento interpretan melodías fúnebres mientras el llanto de las mujeres es incontenible e incontrolable.
Mezcal y cerveza se reparte entre los dolientes para mitigar el dolor que ha provocado esta tragedia; entre las niñas y niños el agua y el suero no deja de correr.
Las coronas fúnebres anuncian dolor; el incienso purifica el aire que huele a humo, mientras en el corredor municipal se habilita una mesa para poder depositar por unos momentos el ataúd de Francisco Hernández.
Con el bastón de mando en lo alto, en un unísono retumbo: “vivan nuestros héroes, viva Francisco, que viva Pedro, Celso, Felipe y José”, era el presidente Municipal Rafael Morales Curiel quien despedía así a a sus héroes.
El himno nacional resonó, el llanto fue incontenible y el dolor también. En medio de flores y coronas fúnebres, los héroes de San Lucas Quiaviní eran recreados a la tierra.
“Ellos fueron no porque se querían quedar ahí, pero así lo quiso el destino y quedaron como héroes”, manifestó uno de los asistentes quien pedía aplausos y vivas para los combatientes del incendio.
Después, los deudos partieron rumbo al campo santo. En la explanada municipal solo quedó el recuerdo de estos cinco hombres.
Incendio forestal de OAXACA se mantiene en territorio de Quiavíni
Desde el centro de control y comando, elementos de la Comisión Nacional Forestal, Protección Civil, Comisión Forestal así como elementos de la SEDENA delineaban estrategias.
Les pedimos no subir, las condiciones del clima no lo permiten, no queremos otra tragedia señalaron pero además aclararon que el incendio se encuentra en territorio de Quiaviní y que no se ha propagado a otros municipios.
La impotencia en sus rostros también era evidente y es que no podían contra las llamas, que se propagaron con el viento.
En al menos cuatro puntos de la carretera federal 190 Oaxaca-Istmo se instalaron bloqueos para exigir al gobierno federal su intervención para apagar el fuego.
Los pobladores de los municipios aledaños lograron que la autoridad federal se haya comprometido a enviar un helicóptero de la Secretaría de la Marina para ayudar a combatir el incendio registrado desde el 26 de febrero, mismo que fue provocado por un joven que padece de sus facultades mentales.
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