El Senado de la República prohibió las terapias de conversión que violentan y intentan modificar la orientación sexual de las personas, además, estableció sanciones a las personas o instituciones que las practiquen, pero ¿qué son y por qué ya no son permitidas?
Con 69 votos a favor, dos en contra y 16 abstenciones fueron aprobadas las reformas al Código Penal Federal y a la Ley general de Salud para declarar como violación a los derechos humanos las terapias de conversión o reconversión.
“Las ‘terapias de conversión’ violentan y discriminan a las personas por motivos de orientación sexual e identidad de género”, escribió el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas.
Además, se estableció que se aplicará una pena de 12 años de prisión y una multa de cuatri mil veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA) a quien realice, imparta, aplique, obligue o financie cualquier practica que anule o suprima la orientación sexual e identidad en contra de personas menores o mayores de edad.
En caso de que sea el padre, madre o tutor quienes incurran en estas conductas recibirán una amonestación y las personas profesionales que realicen terapias de reconversión en caso de reincidencia podrían perder su cédula profesional.
¿Qué son las terapias de conversión o Ecosig?
El terminó de terapias de conversión se acuño en 1991 para referirse a la modalidad psicoterapéutica que buscaba cambiar la orientación de personas homosexuales o bisexuales a heterosexual. También son conocidos como Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género (Ecosig).
El coordinador de Morena, Ricardo Monreal, aseguró este tipo de terapias asimilan la orientación sexual como “una enfermedad” por lo que utilizan técnicas que aplican dolor físico y sufrimiento mental vulnerando el derecho a una vida libre de tortura.
De acuerdo a Alex Orué, director de It Gets Better México, en una entrevista para Imagen Noticias, refiere que este tipo de terapias se realizan en centros de rehabilitación enfocados en el cuarto y quinto paso de la lucha con el alcoholismo u otras adicciones, además, que mezclan a pacientes con personas LGBT+.
Sin embargo, los tratamientos aplicados pueden ir desde las pseudo terapias psicológicas que buscan cambiar la sexualidad hasta violaciones correctivas para mujeres o retenciones en contra de la voluntad de la víctima, recalca Alex Orué.
Otros testimonios refieren que estas practicas se realizan en lugares religiosos, incluso escuelas con vinculación religiosa, donde a las víctimas no las dejan dormir por días, les niegan la comida y el agua, los obligan a rezar y escuchar testimonios de personas que “ya han cambiado”.
Una de las cuestiones más comunes es que se debe “pedir perdón a Dios” para poder comer, además, de inculcar el temor al infierno, lo que sumado al maltrato y estrés llevan a los internados a orillarlos a actitudes suicidas.
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