Tras el estreno de la serie documental de Netflix, “El caso Cassez-Vallarta: una novela criminal” salió a la luz la enigmática figura de un “justiciero judío” llamado Eduardo Margolis. El Golem, como lo conocen, respondió sobre la supuesta conspiración en torno al polémico montaje en la detención de Florence Cassez e Israel Vallarta.
En una entrevista para Milenio, Eduaro Margolis, aseguró que es falso completamente que él organizó una venganza en contra de Sebastien Cassez, hermano de Florence, y por eso la habrían acusado de secuestro junto a Israel Vallarta.
“¿Crees que alguien como yo va a perder el tiempo con gente como esa?”, aseguró el empresario judío de 68 años sobre los rumores que decían que por sus contactos con Genero García Luna y Luis Cárdenas Palomino planeó todo el montaje. Incluso desmintió ser amigo de los exfuncionarios.
Sin embargo, en la misma entrevista El Golem lanzó una advertencia en la que asegura que es el encargado de velar por la seguridad de la comunidad judía en México.
“Quiero dejar muy claro un mensaje: el que se mete con la comunidad judía, se mete conmigo”, afirmó sobre la ola de secuestros que se vivieron desde el año 2001 hasta el 2009 en la capital del país.
Un enigmático justiciero
Eduardo Margolis logró amasar una gran fortuna desde muy joven con sus empresas de productos de belleza y autos blindas, sin embargo, emprendió una cruzada para proteger a la comunidad de Nazis como si de Batman se tratara, pero bajo el seudónimo de El Golem.
El boxeador y nadador empezó su misión desde la década de los 80 cuando llegó desde Israel a Guadalajara para cazar nazis. Según relató colocó un local para simular la creación de un partido afín a Hitler en México, de esta forma logró desmantelar una red de 800 antisemitas.
Después cuando su esposa fue secuestrada en la Ciudad de México utilizó las técnicas de espionaje y vigilancia que aprendió en Israel para “borrar” a la banda de secuestradores, rescatar a su esposa y formar la figura de El Golem.
Desde entonces empezó a asesorar a familias judías acosadas por la ola de secuestros que se vivieron en la primera década de los 2000. Entre ellos los secuestradores de Valeria Cheja, quien sería clave en la detención de Israel Vallarta y Florence Cassez.
Por último, asegura que quien lo conoce sabe que lo que “jamás pido un favor para mí. No lo necesito. Yo pido favores para otros, para mi comunidad”.
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