En los últimos meses las oleadas de migrantes que pasan por territorio oaxaqueño han ido en aumento de forma significativa y ahora se ha convertido en un problema que se tiene que atender a la brevedad por la situación que viven los habitantes del estado principalmente en el Istmo de Tehuantepec y los Valles Centrales.
Los flujos migratorios ya representan un problema para el gobierno local y para el federal, ya que de acuerdo con el gobierno de Salomón Jara, cerca de 5 mil migrantes están cruzando diariamente por territorio oaxaqueño en su paso con destino a la frontera norte del país, algo que anteriormente no sucedía por qué los visitantes utilizaban la ruta del Golfo (Chiapas-Veracruz-Tamaulipas) y ahora se han visto forzados a dejar ese camino por la disputa que mantienen grupos del crimen organizado.
De acuerdo con la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena), existe una disputa en territorio veracruzano entre los miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y los llamados Zetas vieja escuela, quienes se disputan el control del territorio veracruzano y a la par han inhibido el paso de migrantes por aquella zona, ya que es la más corta a los Estados Unidos pero también la más peligrosa.
De acuerdo con la Secretaria de Gobernación y el gobierno tamaulipeco, el flujo migratorio por la ruta del Golfo ha disminuido en casi un 50 por ciento, mientras que en Oaxaca y Chiapas, el número ha crecido de forma exponencial en los últimos meses; son migrantes que cruzan por el Istmo suben a la sierra sur y llegan a los Valles Centrales con el fin de viajar hacia la capital del país y de ahí a la frontera norte regularmente utilizando el ferrocarril.
¿Cuáles son las rutas?
Las rutas que ya están bien marcadas e identificadas por las autoridades para llegar al norte son tres y son las más utilizadas por los grupos migrantes para intentar cruzar la frontera, estás rutas son:
La ruta del Golfo que inicia en Chiapas, continúa por el territorio de Veracruz y llega hasta la frontera de Matamoros en Tamaulipas, por años la más utilizada y más peligrosa por las condiciones en las que viajan los migrantes.
La segunda es la ruta del centro que pasa por Oaxaca, Puebla, Estado de México, ciudad de México y llega hasta el Bajío con la intención de llegar a la frontera norte de Chihuahua y Coahuila.
Y finalmente, la ruta del Pacifico que bordea todo el litoral del Océano Pacifico desde Chiapas hasta llegar a la frontera de Sonora y Baja California.
Entre los peligros que enfrentan los migrantes al tomar la ruta del Golfo están el reclutamiento forzado por parte de los grupos delincuenciales, robos, extorsiones y desapariciones, así como el abandono por parte de los polleros dentro de tráileres, sin agua, comida ni oxígeno y, en algunos casos, drogados para inhibir sus necesidades básicas.
Para el caso de Oaxaca, el gobierno ha decidió aplicar una estrategia de flujo constante, es decir, tratar de que los migrantes solo pasen el menor tiempo posible en la entidad para que sigan su camino a la frontera y evitar con ello los problemas que ya hemos visto de transporte, alojamiento, basura y delincuencia, así como la pernocta en lugares públicos que están irritando a los pobladores por la falta de servicios públicos y de sanidad para los visitantes.