ESCALOFRÍOS

Leyenda de la Monja de la Catedral de Durango y su triste historia: ¿por qué se aparece?

Hasta nuestros días su alma sigue penando y muchas personas aseguran haberla visto.

NACIONAL

·
Leyenda de la Monja de la Catedral de Durango y su triste historia,Créditos: Especial

La leyenda del Monja de la Catedral de Durango es una de tantas historias de miedo que integran el folclor en México. Sus apariciones en las torres de la iglesia han hecho que la Beatriz sea muy conocida entre los habitantes locales, pero ¿cuál es su triste historia que mantiene su alma en pena?

¿Cuál es la Leyenda de la Monja de la Catedral de Durango?

La historia se remonta a 1867 durante la intervención francesa en México, cuenta la leyenda que una monja llamada Beatriz que vivía en un pequeño convento de Durango se enamoró de un solado francés llamado Fernando, que se había establecido en un cuartel militar cerca del recinto religioso.

Leyenda de la Monja de la Catedral de Durango es una historia muy conocida.

Todos los días el joven pasaba marchando con su batallón por la avenida principal de Durango frente al convento, por lo que la monja de manera devota lo observaba desde la ventana de su dormitorio.

Sin embargo, un día los franceses fueron atacados por las tropas mexicanas hiriendo de gravedad a Fernando, quien herido y lleno de sangre suplicó por ayuda a las puertas del convento. Fue entonces que Beatriz le abrió las puertas para darse asilo, atenderle sus heridas y cuidarlo hasta que se recuperara.

Fue así que ambos se fueron enamorando uno del otro hasta que el solado tuvo que marcharse dejando atrás a su amada, ya que los franceses habían sido vencidos, por lo que antes de irse le prometió que regresaría por ella sin saber que los militares mexicanos estaban dando caza a todos los franceses que se estaban escondiendo o intentando abandonar el país.

Las personas aseguran que aún se puede ver el alma de Beatriz.

Así que Fernando terminó atrapado junto a sus compañeros, quienes murieron fusilados. La monja Beatriz jamás se enteró de la muerte de su amado por lo que confiando en la promesa que le hizo lo estuvo esperando en aquella ventana hasta el día de su muerte.

Cuenta las historias que Beatriz no terminó soportando el dolor de la perdida de su amado por lo que subió al campanario de la Catedral de Durango y saltó desde la altura, arrebatándose la vida y desde entonces su alma está en pena.

Aun en nuestros días las personas que pasan por la famosa iglesia aseguran que han visto la silueta de la monja que se sigue apareciendo en la espera de aquel amor.

Sigue a Heraldo Oaxaca en Google News, dale clic aquí

Google News