El expresidente nacido en Guelatao, Oaxaca, un pueblito enclavado en la sierra y autor de las Leyes de Reforma con las que se llevó a cabo una profunda transformación de la vida pública en México, al separar la Iglesia del Estado, el carismático, Benito Juárez García es uno de los personajes de mayor relevancia en la historia de México y del mundo entero.
El exmandatario tuvo en sus manos las riendas del país en momentos cruciales para la vida democrática y como estado en pleno nacimiento, su mandato tuvo que estar a salto de mata por todo el territorio nacional, además de que las arcas mexicanas estaban prácticamente en números rojos, debido en gran medida a la Segunda Intervención Francesa que desembocó en la instauración de un Segundo Imperio en México, bajo el poderío de Maximiliano de Habsburgo y su esposa, Carlota de Bélgica entre los años de 1864 a 1867.
Ese trienio en el que Juárez prácticamente despachó desde la frontera norte del país, en la ahora llamada Ciudad Juárez (en su honor), tuvo éxito en dos cosas, promulgar las Leyes de Reforma con las que se instaura el Estado Laico en México, al separar la Iglesia del Estado y por otra parte, derrotar al Imperio Francés y no sólo eso, fusilar al Emperador Maximiliano cuando fue aprehendido en el Cerro de las Campanas en el estado de Querétaro.
Sus logros además se inscribieron con letras de oro, al crear un país fuerte en medio de la crisis y dar lecciones de soberanía y fraternidad entre los pueblos con la famosa frase “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, aunque en realidad esa frase proviene del filósofo alemán, Immanuel Kant.
Más allá de su vida política y una carrera brillante como abogado, el oaxaqueño llevó una vida privada muy peculiar y dolorosa con su esposa y compañera de vida, Margarita Maza de Juárez, quien estuvo con él en los momentos más complicados de su vida política.
Una relación sólida y a prueba de todo
Margarita (de 17 años) y Benito (de 37 años) tuvieron una relación sólida, formaron una familia que tuvo una descendencia de nueve mujeres y tres hombres, de los cuáles, cinco de ellos murieron siendo apenas unos pequeños, dos de ellos varones, por lo que sólo tuvieron un heredero hombre, precisamente de nombre Benito Juárez Maza, quien murió el 20 de abril de 1912.
Durante la intervención francesa en México, Juárez decidió enviar a su familia a Nueva York, para protegerlos, ahí murió su hijo José María, llamado de cariño Pepito. Según historiadores, fue el hijo más querido de Juárez, a quien describía como un niño muy inteligente y con buenos sentimientos. También murió su hijo Antonio, a quien sólo conoció recién nacido. Ambos fallecieron de pulmonía fulminante.
Ese personaje llegó a ser un hombre prominente en la vida política del estado, gracias a las relaciones que mantuvo con el entonces presidente oaxaqueño, Porfirio Díaz, sin embargo, cuando llegó el momento de que lo apoyara para ser candidato a la gubernatura de Oaxaca, Díaz le dio la espalda y sólo fue posible su sueño hasta que el dictador fue expulsado del país.
Lastimosamente, falleció pocos meses después por una afección cardíaca a los 59 años de edad. Pero existe un dato interesante, su primogénito fue un hombre que tuvo con otra mujer (María de la Cruz Ortiz), una mujer tehuana de tan sólo 17 años de edad.
De esa relación nació Tereso Juárez Ortiz, quien se dedicó de lleno a la milicia, siendo el Ministerio de Guerra el último puesto que ejerció y en donde permaneció 11 años de forma consecutiva.
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