Tras unas semanas de que Xóchitl Gálvez Ruiz, fue elegida como la dirigente nacional del Frente Amplio por México (FAM), que concentra a una parte de la oposición en México, compuesta por los partidos, Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), las cosas parecían salirle muy bien a la senadora, el desencuentro con el presidente Andrés Manuel López Obrador y su constante estira y afloja por sus actitudes irreverentes y por su origen indígena, le dieron un reflector muy fuerte a Gálvez, sin embargo, las cosas cambian y ya no la ven con tan buenos ojos.
La dirigente estableció las reglas de su probable gobierno en caso de ganar la presidencia en un acto en el Ángel de la Independencia de la Ciudad de México, ahí, arropada por la militancia y líderes de los tres partidos, indicó con ese tono burlón y cómico que le caracteriza que en su gobierno no habría cabida para tres tipos de personas.
"Ni huevones, ni rateros, ni pendejos", dijo la senadora hidalguense.
Con esa frase demoledora comenzó a recorrer algunas plazas en el país y decenas de medios de comunicación que le extendieron la invitación para que diera sus puntos de vista (que no propuestas); los primeros días fueron miel sobre hojuelas, tanto así que en alguna encuesta sacada de redes sociales, ya la ponían a cinco o seis puntos abajo de la favorita, la exjefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo.
Xóchitl por su parte comenzó a generar (o intentar generar debate desde su escaño en el Senado), subió a la tribuna de San Lázaro aprovechando la entrega del 5to. Informe de Gobierno de López Obrador el primero de septiembre y puso en aprietos a la bancada oficialista, un golpe duro y directo que los entendidos darían como un golpe en la mesa de la dirigente, sin embargo, el gusto le duró poco.
Día después de su aparición triunfal en la Cámara de Diputados, la senadora reinició su aventura por los medios, sin embargo, justo en esos días, uno de sus acérrimos rivales políticos, el exalcalde de Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo Guerra, comenzó a dar golpecitos muy eficaces sobre presuntos actos de corrupción de Gálvez Ruiz cuando ella fue jefa delegacional en Miguel Hidalgo, sacando a la luz junto con la investigación de una periodista de Sin embargo, un probable conflicto de interés por la compra de una casa que le pertenece a Xóchitl Gálvez, propiedad que se encuentra en una de las zonas de mayor plusvalía en la capital del país.
El golpe de "La Casa roja" fue duro pero aunque trataron de minimizar los efectos, el golpe estaba dado, y entonces, diversos medios, comentaristas y aliados de la 4T comenzaron a darle vuelo a esa situación, ella por su parte, negó de primera instancia cualquier acto de corrupción y retó a quienes la acusaban para que fueran a demoler su casa, acto que la propia Gálvez hacia cuando fue jefa delegacional.
El asunto creció al grado que en redes sociales comenzaron a dudar sobre las manos limpias de Xóchitl" al cuestionar su papel en la compra de ese inmueble y el día de hoy todavía no queda aclarado del todo, aunque la respuesta fue ingeniosa y pudo salir adelante e incluso invitó a sus huestes a qué la invitaran a dormir en sus casas debido a la creciente idea de que le podían demoler su casa, dicha estrategia surtió efecto, tanto que en distintos medios salió envalentonada a decir que demolieran su casa si es que le comprobaban esas acusaciones.
Polémica en puerta
Y apenas se estaba recuperando del golpe, cuando le llegó otro mucho más certero, el plagio de varios párrafos en su informe de trabajo que entregó para titularse, el golpe provino desde las redes sociales, cuando un tuitero se puso a revisar con lupa su informe y después tanto el periódico El País como la revista Etcétera, publicaron sus propios trabajos de análisis y concluyeron que efectivamente, la senadora Gálvez plagió varios párrafos de su trabajo, hecho que ella misma aclaró que si la UNAM le detectaba un plagio y le quitaban su título, buscaría rehacer su trabajo y entregarlo de nueva cuenta.
Desafortunadamente para ella, días antes en sus giras por medios aclaró de forma muy enfática que a ella no la doblarían en su afán de llegar a la presidencia y fue más allá al decir que después del asunto de "la casa roja" tendría todos los arrestos para defenderse de lo que ella llama un ataque desde Palacio Nacional y una próxima elección de estado.
Pero otra vez, sus frases dicharacheras, le pasaron factura, ya que en una entrevista con medios de comunicación señaló que en el caso del plagio de algunos párrafos de su informe de trabajo "la pendejie" justificando que no citó correctamente a las fuentes que utilizó en dicho informe, lo que le pasó factura en redes sociales al recordarle lo que dijo acerca de lo que haría y que tipo de gente estarían con ella en su gobierno.
Y para terminar de generar más dudas, al siguiente día, la senadora apareció en un vídeo en redes, diciendo que ella tiene "muchos huevos", cosa que tampoco le favoreció ya que en redes sociales la tildaron como "huevona", algo que tampoco le agradaría ser de acuerdo a lo que dijo.
Ahora, el pasado fin de semana, comenzaron a correr los rumores de que la dirigencia nacional del PRI encabezada por Alito Moreno, estaría buscando alejarse de su propia candidata y desempolvar a Beatriz Paredes para que se haga cargo de la candidatura del Frente, ya sea siendo ella la elegida o podría fraguarse un rompimiento para que el PRI vaya solo a las elecciones de 2024 con Beatriz Paredes a la cabeza y hacer a un lado a Xóchitl Gálvez, misma que ha dejado de tener esa actitud irreverente y ahora se muestra más preocupada en sus encuentros con la ciudadanía y medios, tanto así, que el propio frente tiene en mente asignarle a varios voceros para que respondan por ella y darle un poco de aire de aquí a que comiencen las precampañas en noviembre.