El Huracán Beryl mantiene su paso lento y destructor por el Caribe, siendo categoría cuatro, con lo que está causando lluvias torrenciales y vientos por arriba de los 240 km/h muy cerca de Jamaica y muy lejos todavía de las costas mexicanas a las que se prevé llegue hasta el viernes por la madrugada y con amplias posibilidades de hacerlo ya disminuido.
Debido a esta contingencia, las autoridades locales y federales, están atentas a su trayectoria y a las implicaciones que puedan tener entre la población civil, por ello, se han implementado acciones de prevención por parte del gobierno del presidente López Obrador, quien instruyó a instalar un centro de mando de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en la capital de Quintana Roo para coordinar los esfuerzos y acciones.
En tanto, la gobernadora de Quintana Roo, la morenista Mara Lezama, anunció también una serie de medidas en conjunto con autoridades municipales, tras una reunión que fue transmitida por medios tradicionales y digitales, para hacerle frente a la llegada de Beryl, que se estima toque tierra en Quintana Roo, los primeros minutos del viernes.
Además de las recomendaciones de Protección Civil para mantener atención por el paso del huracán, y estar atentos al semáforo de alerta temprana que por ahora está en color verde, la gobernadora instruyó a suspender las clases el jueves 4 y viernes 5 en todos los niveles educativos, así como aplicar ley seca en todo el estado a partir del primer minuto del jueves 4.
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Con trayectoria similar al huracán Gilberto
La mandataria instó a los pobladores a mantenerse informados a través de los canales oficiales, así como en las redes sociales y como ha sucedido en los últimos días, utilizando su cuenta oficial para brindar pormenores de lo que vaya ocurriendo.
Hasta ahora, Beryl no representa un potencial riesgo para México, debido a su ubicación (más de mil 400 kilómetros de distancia), pero se prevé que, en las primeras horas del jueves, comiencen a aparecer los primeros bancos de nubes, que marcan el ingreso del ciclón tropical a territorio mexicano, por lo que autoridades federales y locales han mencionado que el riesgo por ahora es muy bajo.
Sin embargo, también se establece que el huracán una vez que toque tierra en Quintana Roo, podría atravesar la Península de Yucatán y dirigirse hacia Tamaulipas, lo que podría ser una réplica de lo sucedió con él Huracán Gilberto en 1988, razón por la que es ampliamente monitoreado.