En la historia de la justa mundialista de futbol que en ocho años llegara a su primer centenario, México es un participante asiduo en los campeonatos, por su ubicación geográfica y la organización que le permite eliminarse en la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe (Concacaf), que le permite al equipo tricolor contar con una oportunidad de oro para asistir habitualmente a diferencia de lo que sucede en Europa o Sudamérica.
Sin embargo, el hecho de que México sea el segundo país que más ha asistido a mundiales de futbol (por detrás de Brasil, que ha ido a todos), no significa que se hayan entregado buenas cuentas, ya que sólo en dos ocasiones la selección mexicana ha avanzado a la etapa de cuartos de final, a estar entre las ocho selecciones más competitivas en el mundo.
En ambas participaciones, México fue anfitrión en México 1970 y en 1986, siendo eliminados por selecciones europeas en condiciones adversas (irónicamente en ambas ocasiones los directivos organizaron todo pensando que México sería segundo lugar y no primero, por lo que tuvieron que salir del Estadio Azteca e ir a Toluca y Monterrey).
La altura y novatez del equipo mexicano le abrieron las puertas a Italia que a la postre fueron los subcampeones del mundo al golear a la selección por 4 goles a 1, y en 1986 el calor asfixiante de Monterrey le cobró factura a la selección teutona, pero eso no pudo capitalizarlo México (además de un arbitraje nefasto del árbitro colombiano, Jesús Cuevas), llevaron al seleccionado (acalambrado y desmotivado) a la fase de penales luego de 120 minutos, etapa en la que le pesó una vez más la novatez y perdieron frente a la selección que a la postre también fue la subcampeona mundial.
Después de ese mundial, México se ha quedado en la orilla, ha pasado con autoridad en la fase de grupos a pesar de que en varias ocasiones ha iniciado como “víctima” como por ejemplo en Japón-Corea 2002 con Italia, Croacia y Ecuador, en 1994 con Noruega, Italia e Irlanda o en 1998 con Corea, Holanda y Bélgica, y el más cercano en Brasil 2014 en el que formó parte del grupo del anfitrión, Brasil, junto con Camerún y Croacia.
En todos esos grupos, México consiguió pasar a la siguiente fase, mientras que otras selecciones como Argentina, Francia o Alemania, se quedaron en la orilla e incluso en el caso de Italia dejó de asistir al mundial, mientras México sólo dejó de asistir por un problema de corrupción en el mundial de Italia 90.
En ese periodo, el equipo tricolor ha llegado a la instancia de octavos de final, en varias ocasiones con un hándicap en contra, pero en otras como el favorito y en ninguna ha podido trascender.
Lejos de ser anfitriones, México se ha colocado como favorito en un par de ocasiones y estuvo a punto de dar la campanada en una más.
Los descalabros más dolorosos
En 2002, México pecó de soberbio, llegó con una muy buena primera ronda, empatando con Italia y ganando con autoridad a Ecuador y Croacia, al pasar como primer lugar de grupo, su siguiente encuentro fue contra su rival odiado, los Estados Unidos, mismos que en el papel tenían que ser superados, sin embargo, el balde de agua fría y de realidad llegaron con dos goles, humillando a la selección mexicana, en la derrota más dolorosa de la que se tiene cuenta hasta la fecha.
México en el 2014 pasó una primera fase modesta pero efectiva, le hizo juego al anfitrión Brasil (que después terminó humillado por 7 a 1 frente a Alemania), empatando con un buen juego del portero Guillermo Ochoa, mientras que a Croacia y a Camerún se le ganó con autoridad.
Sin embargo, en la fase de octavos le tocó enfrentar a Holanda, en una cancha húmeda y calurosa que le jugó en contra a los tulipanes, México se puso al frente con un gol de Giovanni Dos Santos y tenía todo para conseguir el segundo gol y terminar por fin con el fantasma, pero entonces llegó una inexplicable decisión del técnico Miguel Herrera y echó al equipo atrás.
Esa decisión generó que el asedio holandés fuera tal que a menos de 25 minutos del final de partido, consiguiera el empate luego de un tiro de esquina y una defensa lamentable de México, pero lo peor estaba por venir.
El famoso “no era penal”, en el último minuto del tiempo corrido y cuando México se preparaba para mantener la esperanza con el alargue del partido, llegó el delantero Arjen Robben y literalmente “se tiró” dentro del área chica, no era penal, sin embargo, el árbitro lo marcó (en época de VAR, no habría sucedido), sellando la derrota de México en el último minuto del partido.
Otro fuerte golpe sucedió en la segunda casa del “TRI” en el mundial de Estados Unidos 1994, en Nueva York, México llegaba con autoridad a la cancha de los Gigantes frente a un equipo de Bulgaria muy diezmado y a quien ya se le había ganado antes en una fase de octavos (México 86), había confianza y sobre todo equipo para ganar y pasar por fin a la ronda de cuartos.
Sin embargo, el balde de agua fría otra vez fue aplastante, en un juego en el que México tuvo en sus manos su pase con delanteros con jerarquía para darle la vuelta a un partido en el que Bulgaria estaba fundido, el técnico Miguel Mejía Barón “se quedó con los cambios” en palabras de Hugo Sánchez, y dejó en la banca al ganador del pichichi y al goleador Carlos Hermosillo y además se sumó la expulsión de Luis García cerca del final de los tiempos extra.
Al final, México perdió en penales con los búlgaros, el portero Jorge Campos se lució, pero los tiradores mexicanos (Alberto García Aspe, Jorge Rodríguez y Marcelino Bernal), les temblaron las piernas y dejaron a México una vez más a la orilla del tan ansiado quinto partido.
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