El dirigente político más popular en los últimos años en El Salvador es Nayib Armando Bukele Ortez, el actual presidente constitucional de aquella nación Centroamericana que llegó al poder el 1 de junio de 2019, tras derrotar a su antecesor Salvador Sánchez Cerén en las elecciones de aquel año.
Bukele de 42 años, es reconocido no solo a nivel latinoamericano sino a nivel mundial, por hacerle frente a uno de los mayores problemas que ha enfrentado no solo El Salvador, sino Latinoamérica entera, la violencia y la inseguridad, producto del asedio de las bandas criminales y en el caso de su país, las pandillas como la M-13, la Mara Salvatrucha, Mara Barrio 18 y Mara Mao-Mao, quienes encumbraron al país a llevar a lo más alto en criminalidad y homicidios a El Salvador, hasta que llegó Bukele y en cuatro años al frente ha disminuido la tasa de homicidios en algunos sitios a cero, contrastando con los más de 100 por cada 100 mil habitantes que había antes de 2015.
Bukele se hizo popular por detener a los pandilleros, encarcelarlos y perseguirlos así como dominarlos en su territorio hasta prácticamente desaparecer de El Salvador, con la ayuda de la Policía Nacional Civil (PNC) y la Fuerza Armada de El Salvador, bajo el programa de seguridad más eficiente pero a la vez más criticado por las organizaciones internacionales por las constantes violaciones a los derechos humanos de miles de detenidos en el país centroamericano, denominado Plan Control Territorial, en el que destaca que las pandillas son grupos terroristas, por lo que sus afines, apologistas, financistas y apoyadores son señalados por ir en contra de la seguridad de El Salvador y por consecuencia son detenidos y encarcelados.
El Plan Control Territorial es la estrategia de seguridad más eficiente en la actualidad y es la política implantada por Bukele más popular entre su pueblo además de las acciones en contra de su oposición, el manejo de la pandemia por Covid-19 en su país y el gasto social a favor de los menos favorecidos, así como la lucha constante para enfrentar a sus enemigos políticos que irónicamente fueron sus aliados en los inicios de su carrera política cuando llegó a la alcaldía de Nuevo Cuscatlán y después a la alcaldía de la capital San Salvador, el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), además de ARENA.
Se alista para la reelección en 2024
Ante está miel de popularidad y ya con un control sobre los poderes Legislativo y Judicial, el presidente Bukele instó a una reforma para poder competir por la presidencia un periodo más y reelegirse en el cargo, cuando en su campaña presidencial de 2018, aseguró que no lo haría y sin embargo, su postura cambio gracias al pueblo que lo respalda y en parte tiene razón, al contar con casi un 90 por ciento de aprobación de su gobierno, seguido con varios puntos menos por el presidente Andrés Manuel López Obrador de México, que cuenta con un 76 por ciento de acuerdo con la firma Gallup, a más de 10 puntos de diferencia de su homólogo salvadoreño.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, ya que Nayib Bukele también ha sido muy criticado por sus opositores por el afán de concentrar el poder en su persona y además, por amedrentar a sus rivales políticos con un uno intimidatorio de las fuerzas armadas, mientras que el pueblo está contento, pero desaprueba su política monetaria que instauró desde 2020.
Dicha política legaliza el uso del Bitcoin y el pago de transacciones utilizando esa criptomoneda, El Salvador es de los pocos países (sino que el único) en el mundo que acepta y legaliza el pago con Bitcoin, cosa que no ha sido nada popular, ya que está documentado que muy pocos salvadoreños realizan pagos con la criptomoneda y se acusa al gobierno de Bukele de darle prioridad a esa política a la par de la dolarización, en contraste, la moneda oficial, El Colón, prácticamente está extinta en el país.
Con todo y eso, Nayib Bukele se prepara para contender en busca de la reelección el próximo 4 de febrero de 2024, teniendo que enfrentar a una oposición por demás extraña, ya que une a la izquierda y a la derecha, enemigos mutuos por décadas ahora en un frente común para intentar derrotar al presidente.
Tanto el Frente Farabundo Martí como la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), además de Vamos y Nuestro Tiempo, aderezados con miembros de la Sociedad Civil, buscan quitarle el poder al partido en el poder, Nuevas Ideas.