El presidente Francisco I. Madero, llamado por quienes escriben su biografía como el “apóstol de la democracia” y uno de los baluartes del actual mandatario Andrés Manuel López Obrador, quien lo tiene entre sus personajes políticos a quienes más admira, después de Benito Juárez, fue un revolucionario en toda la extensión de la palabra, abrió la puerta para la democracia en los tiempos de la Revolución Mexicana, pero por desgracia, sus esfuerzos se vieron truncados por una traición fraguada por Victoriano Huerta, quien mandó asesinar al presidente y al vicepresidente José María Pino Suárez.
La historia le guardó un sitio como uno de los más grandes demócratas de México, peor también le guardó un sitio entre los personajes de la historia de México que prefirió poner en práctica sus decisiones con base en la ayuda de entes no precisamente ligados a la política, sino a lo que conocemos como el espiritismo.
El espiritismo en México tuvo su apogeo a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, pero todavía en los albores del XXI, se dieron manifestaciones de personajes ligados a esta filosofía, basta recordar el caso de Francisca Zetina alías "La Paca”, quien fue el plan de Pablo Chapa Bezanilla para encontrar al diputado federal Manuel Muñoz Rocha, quien hasta el día de hoy se encuentra desaparecido y solo obtuvo una osamenta en el predio denominado "El Encanto".
Los mensajes que lo hicieron el hombre que fue
En el caso del presidente Madero se dice que no era un creyente en su juventud, pero a partir de 1892 se hizo muy cercano a dicha corriente y se acentuó en su paso con rumbo a la presidencia.
El espiritismo llegó a México desde Europa y tuvo mayor influencia en los estados norteños, zona en la que Madero conocía muy bien al ser originario de Parras en Coahuila, esa decisión de hacerse cercano al espiritismo, fue según algunos de sus biógrafos, la razón fundamental por la que llamó a tomar las armas para quitarle el poder al dictador oaxaqueño, Porfirio Díaz Mori.
De acuerdo con los historiadores, Madero se hizo médium escribiente tras un viaje por Francia entre los años 1891 y 1892, y más adelante en su carrera política, utilizó esos “conocimientos” para supuestamente escribir mensajes dictados por espíritus.
El coahuilense manifestó su pasión por el espiritismo gracias a las obras del francés Allan Kardec, padre de la doctrina espiritista. Luego de regresar de París puso en práctica sus conocimientos a través de la Sociedad de Estudios Psíquicos de San Pedro en Coahuila.
Madero de acuerdo con lo que se ha investigado sobre su vida, se hizo muy adepto a ese tipo de pensamientos y hasta donde se cree, el expresidente pudo haber tenido contacto con su hermano de nombre Raúl, a través de la invocación de los espíritus y de otros personajes como un hombre de nombre “José” y del propio presidente Benito Juárez García.
Según la escritora, Yolia Tortolero, quien escribió el libro “El espiritismo seduce a Francisco I. Madero”, esos mensajes que recibió por parte de su hermano de apenas 3 años de edad cuando falleció, eran de corte moral y le ayudó según la escritora para convertirlo en un ser humano recto y útil para la sociedad.