Las ardillitas de Lalo Guerrero formaron parte muy importante en las infancias de muchos mexicanos que crecieron escuchando sus canciones navideñas cada año. Los dientes de Pánfilo o La tamalada son algunos de los temas que no podían faltar durante la cena navideña, pero sabes ¿cómo hacían las voces chillonas?
Eduardo Guerrero, fue un músico y compositor mexicano nacido en Tucson Arizona, considerado como el padre de la música chicana, creador de obras como Pancho López o Nunca jamás. En México, es recordado por sus discos navideños infantiles de Las Ardillitas, los cuales formaron parte de muchas generaciones desde la década de los 60’s.
¿Cómo hacían las voces de Las ardillitas de Lalo Guerrero?
Si has escuchado las canciones de Las Ardillitas de Lalo Guerrero habrás notado la manera tan peculiar en la que daban vida a Pánfilo, Anacleto y Demetrio, sin embargo, este es un truco muy sencillo en la producción de sonido ya que solamente es el audio grabado reproducido a una velocidad rápida.
En su autobiografía Lalo: My Life and Music, Guerrero cuenta que en 1957 acudió al estudio de Jimmy Jones para grabar y fue entonces que el ingeniero tocó su voz en velocidad rápida, situación que le encantó a Lalo por lo que pediría al ingeniero encontrar la forma de grabar “esa pequeñita voz de tono alto”.
A diferencia de lo que se piensa, Las ardillitas no fue el primer proyecto usando esta voz de Lalo Guerrero ya que antes grabó la canción Un marciano en la Tierra, inspirado en la carrera espacial entre Rusia y Estados Unidos, la cual fue un gran éxito.
Sería hasta los 60 cuando Lalo Guerrero lanzó su proyecto de Las Ardillitas para niños, el cual se extendería por 20 años grabando diversos discos donde enseñaba a los niños tener respeto a sus papás, la diferencia entre lo bueno y lo malo, y los famosos discos navideños y sería el mismo Lalo Guerrero quien le daba las voces a las ardillas.
El día en que Alvin y las ardillas demandaron a Laas ardillitas de Lalo Guerrero
Sin embargo, Las Ardillitas de Lalo Guerrero se vieron involucradas en una polémica con Alvin y las ardillas (Alvin and the Chipmunks) creadas por Ross Bagdasarian en 1958, debido a que se consideraban un plagio, quienes ya habían grabado un disco usando voces chillonas para interpretar a las ardillas.
Esto hizo que Guerrero recibiera una carta con una orden de cese y desista de seguir haciendo lo mismo. Sin embargo, el abogado de Guerrero replicó que “las vocecitas para animales” era algo muy común y nadie tenía derecho al concepto por lo que nunca hubo una sentencia judicial, aunque se piensa que el asunto se arregló extrajudicialmente.
Guerrero, siempre aseguró que ambas ideas se popularizaron casi al mismo tiempo y que nunca supo quien fue el primero en aparecer.
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