Un niño robado pide ayuda a través de redes sociales para volver con su familia, “me llevaron y nunca más volví a ver a mi mamá” son las palabras de Carlos que a más de 20 años de haber sido separado de su progenitora no pierde la esperanza de volver a reunirse con ella. Esta es su historia.
En una publicación realizada por la página de Facebook Policía Cibernética México, Carlos dio a conocer su testimonio sobre cuando fue robado cuando tenia aproximadamente 4 años de edad y aunque ya han pasado más de 20 años el joven sigue con la esperanza de volver a ver a su madre y hermanos.
Niño robado pide ayuda para encontrar a su mamá
De acuerdo al testimonio Carlos fue arrancado de los brazos de su madre, subido a una camioneta blanca y después vendido a una pareja en el estado de Hidalgo donde tuvo una vida “normal” estudiando la escuela e incluso los padres adoptivos obtuvieron un acta de nacimiento para inscribirlo en el Registro Civil.
“Me llevaron y nunc más volví a ver a mi mamá (...) recuerdo que tengo hermanos dos niños y una niña y no recuerdo sus nombres. Ahora tengo entre 26 y 28 años de edad”, señala el joven.
Además, señala que la pareja que lo crió jamás le ha querido a revelar sus orígenes por lo que pide ayuda en redes sociales para encontrar a su familia. Para ello difundió tres fotografías tomadas cuando era niño y como señas particulares dice que tiene cicatrices de quemaduras en el abdomen y en los brazos”.
“Deseo de todo corazón encontrar a mi querida madre pues sé que, en algún lugar, ella sigue sufriendo por no tenerme con ella, he sufrido tanto, quiero abrazarla y no soltarla nunca más. Siempre sueño con nuestro reencuentro. Mamita te busco y le pido a Dios por todos aquellos niños que son arrancados sin piedad de sus familias por personas sin sentimientos”, señala.
Hace 25 años en México el problema del robo de niños fue muy grave ya que muchos eran sustraídos e incluso vendidos por sus propias familias, esta situación generó que se crearán figuras como la del “robachicos” o el “ropavejero” que servían para espantar a los menores con la intención de que no hablarán con desconocidos.
Aunque este delito en la actualidad ha disminuido no ha desaparecido y aún se llegan a registrar casos en los que menores son robados y vendidos a parejas (en ocasiones de extranjeros) que desean tener hijos y no pueden.
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