La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) dio un vuelco trascendental en la investigación sobre la muerte del actor Octavio Ocaña, quien murió el 29 de octubre de 2021 por causa de un disparo de arma de fuego, mismo que de acuerdo con la investigación inicial, habría sido percutido con su propia arma luego de una persecución en la autopista Chamapa-Lechería, en el municipio de Cuautitlán Izcalli, en la que participaron elementos de la policía municipal.
El actor que en vida fue protagonista de la serie de Televisa “Vecinos” en la que interpretó al simpático “Benito Rivers”, murió poco tiempo después de recibir el disparo, mientras que otros dos acompañantes fueron detenidos en el sitio en que Ocaña perdió el control de su camioneta, desde entonces la polémica ha rondado la muerte del actor, ya que su familia desde el primer momento argumentó que Octavio no falleció de manera accidental, sino que fue asesinado por alguno de los agentes que lo perseguían aquella tarde.
Hasta hace unos días lo que se conocía es que el joven murió por causa de un balazo en la cabeza, mismo que le hizo perder el control de su camioneta, por lo que se estrelló contra una formación rocosa junto al acotamiento de una carretera en Cuautitlán Izcalli.
Luego de que detuvo su loca carrera, el joven permaneció semiinconsciente dentro de su vehículo, otras dos personas que lo acompañaban fueron detenidas por elementos de la policía municipal, de acuerdo con los informes policiales, los elementos le pidieron a Ocaña que se detuviera mientras circulaba, sin embargo, no hubo respuesta y después fueron agredidos con un arma de fuego.
La familia y especialmente el padre de Octavio, el señor Octavio Pérez, desde el primer momento que supo sobre la muerte de su hijo, argumentó que a la par de la investigación de la Fiscalía del Estado de México, llevaría a cabo su propia investigación para dar con él o los asesinos de su hijo.
¿Cuál es la diferencia luego de la reclasificación?
En las últimas horas, parece que el caso de Octavio ha dado un giro trascendental, ya que la Fiscalía anunció que reclasificó el homicidio de Ocaña, como un homicidio doloso en vez de homicidio culposo como en primera instancia se hizo.
La diferencia entre uno y otro deriva en el hecho de que su primera clasificación pone el ojo al probable homicida por impericia, negligencia o falta de conocimientos que derivó en que el mismo pudo haberse herido con el arma de su propiedad o bien, alguno de los agentes que lo detuvo pudo accionar el arma mientras atendía la detención.
En cambio, al reclasificarlo como homicidio doloso, cambia totalmente la narrativa, ya que indica que el homicidio fue cometido con premeditación, con la firme intención de que el agresor pudiera atentar contra la vida de otra persona (en este caso Octavio Ocaña) a sabiendas que lo lograría.
En ambos casos el homicidio tiene pena de cárcel, además de que tiene otras sanciones, ya sea económicas o administrativas, sin embargo, en el caso del homicidio culposo, la pena varía entre los seis meses a cinco años de prisión.
Mientras que en el caso del homicidio doloso tiene una pena de entre 10 y 15 años de prisión, compensación a las víctimas y sanciones administrativas en caso de ser servidores públicos. En este caso, el homicidio de tipo doloso se considera un delito grave.
La información fue difundida por el abogado de la familia Ocaña, Francisco Hernández, quien además detalló que, tras investigaciones hechas por peritos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), se emitió una recomendación por la violación de derechos humanos de Octavio Ocaña y sus acompañantes por los hechos acontecidos el 29 de octubre de 2021; se prevé que dicha recomendación sea informada y se le dé lectura en algunos días.
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