De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés) y del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el primer huracán de la temporada 2024 en el Atlántico, que lleva por nombre Beryl, avanza como un ‘monstruo’ de categoría 5, misma que adquirió en pocas horas, al pasar de una categoría 3 a la 5, al aumentar sus vientos de cerca de 200 km/h a más de 260 km/h durante la tarde del lunes 1 de julio.
En las próximas horas, el fenómeno podría causar lluvias torrenciales e inundaciones repentinas en una gran parte de Jamaica, Puerto Rico, Cuba, además de las Islas Caimán, Belice, la Península de Yucatán, el suroeste del Golfo de México y el resto del noroeste del Caribe, debido a la influencia del huracán.
El ciclón tropical (nombre con el que identificamos los fenómenos meteorológicos que implican las depresiones y tormentas tropicales, así como los huracanes), tienen una clasificación con base en la fuerza de los vientos, conocida como escala de Saffir-Simpson, clasificación que abarca desde una depresión tropical con vientos superiores a los 60 km/h hasta la categoría 5 con vientos por arriba de los 260 km/h como es el caso de Beryl.
La escala Saffir Simpson fue desarrollada en el año 1969 en honor a los investigadores, Herbert Saffir (ingeniero de profesión), y el meteorólogo Robert Simpson para describir el daño potencial y los efectos que los ciclones tropicales generan.
Esta escala caracteriza a las diferentes etapas de los ciclones tropicales que poseen un núcleo de alta temperatura y cuyos vientos en la superficie varían desde los 63 km/h hasta velocidades que exceden los 250 km/h y Beryl es uno de ellos, similar a lo ocurrido hace un año con el Huracán Otis que devastó Acapulco en menos de 24 horas.
Nombres de los huracanes para este 2024 ¿Cuándo comienza la temporada?
¿Qué características tiene un huracán categoría 5?
De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), un fenómeno de esta magnitud, tiene vientos sostenidos superiores a los 250 km/h (Beryl, mantiene vientos sostenidos superiores a los 260, en tanto, Otis tuvo mediciones cercanas a los 270 km/h), provoca daños catastróficos, que incluyen el desprendimiento de raíz de árboles y arbustos, daños de consideración en edificios, casas, instalaciones, especialmente en ventanas y techos, así como grietas en muros y paredes.
Las casas móviles son destruidas casi en su totalidad, el fenómeno provoca marejadas de entre 4 y 5 metros de altura, y por la gravedad de los daños, se requiere la evacuación masiva de áreas residenciales y zonas ocupadas por la población, así como animales en la medida de lo posible, y de igual forma, el aseguramiento de objetos para que no salgan volando por los aires y puedan provocar accidentes.
En estos casos, en México se tiene un Sistema de Alerta Temprana propuesto por el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), para aminorar riesgos por el país de fenómenos meteorológicos.
Dicho sistema consta de un semáforo que en cada color mide el grado de intensidad junto con las acciones que se recomiendan llevar a cabo para proteger a la población, dichos colores van desde el azul, pasando por el verde, amarillo, naranja y la alerta máxima en color azul.
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