La tarde de este jueves 25 de julio, trascendió la captura de uno de los líderes más fuertes y sanguinarios del crimen organizado en México y los Estados Unidos, se trata de Ismael Mayo Zambada, compañero de Joaquín Guzmán Loera alías “El Chapo”, fundadores y responsables del Cártel de Sinaloa, uno de los grupos más fuertes e influyentes del narco.
El joven que pasó de ser un campesino a trabajar junto con el capo Amado Carrillo Fuentes alias “El Señor de los Cielos”, se había vuelto una sombra, su perfil bajo contrasta con los de otros miembros del crimen organizado; cauto, serio, con muy pocas apariciones públicas, pero con una influencia trascendental en el engranaje de los cárteles en México y la distribución de drogas en los Estados Unidos.
El historial del “Mayo” en la delincuencia se remonta a la década de los 70, en aquel tiempo, su cuñado, Antonio Cruz, era un importante narcotraficante de los Ángeles, con lo que se hizo de las rutas de tráfico de drogas en las ciudades de las Vegas y la costa oeste.
En 1977, su cuñado fue detenido y por primera ocasión el apellido Zambada apareció en los reportes y documentos de las agencias antidrogas de los Estados Unidos.
Tras la caída de Amado Carrillo, el “Mayo” creó su propia organización con lo que se hizo del control de las rutas de distribución de drogas en Sonora y Baja California, tras el declive del Cártel de Tijuana, uno de los más poderosos grupos en los años 80.
Zambada además controla gran cantidad de los embarques y la producción de heroína que va desde México hacia Estados Unidos, y en los últimos tiempos, el gobierno de los Estados Unidos lo tiene identificado como uno de los principales grupos que controlan y distribuyen el fentanilo en la Unión Americana.
Un bajo perfil y operar bajo las sombras, el sello del Mayo
En los últimos años, Zambada ha sido presa de varios golpes dentro de su entorno familiar, las autoridades han detenido y encarcelado a su hermano, dos de sus hijos y un sobrino.
Sus hijos Ismael Zambada Imperial, alias “El Mayito Gordo” y Vicente Zambada Niebla, alias “El Vincentillo”, así como su hermano Jesús “El Rey” Zambada, fueron capturados y extraditados a Estados Unidos entre 2010 y 2019, un duro golpe para el capo.
Mientras que, otro de sus hijos fue arrestado en Arizona en el 2013 y liberado en 2018, Serafín Zambada Ortiz. Todos recibieron la opción de colaborar con las autoridades de los Estados Unidos lo que les garantizó sentencias reducidas y liberaciones tempranas, tanto que el Rey Zambada y el Vicentillo tuvieron un papel preponderante en el juicio contra El Chapo en Nueva York en 2019.
Zambada había estado ausente y alejado de los reflectores por un largo rato, su última aparición pública llegó de la mano del fallecido periodista Julio Scherer García, a quien llamó para ofrecerle una entrevista para la revista Proceso en los terrenos del Cártel de Sinaloa en el 2010.
Zambada sobrevivió a un ataque en febrero de 2017, que presuntamente fue perpetrado por Dámaso López Núñez, alias el “Licenciado”, otro de los cabecillas del Cartel de Sinaloa. El atentado también estaba dirigido a dos hijos de El Chapo, lo que indica la existencia de una lucha interna, tras la captura del capo y su extradición a Estados Unidos ese año.
Tras la detención del “Licenciado” en el 2017, su hijo conocido como “El Mini Lic” se entregó a las autoridades de los Estados Unidos, por ende, el “Mayo” quedó a la cabeza del Cártel de Sinaloa, compartiendo el poder con los hijos del Chapo, los llamados “Chapitos”.