La Casa de Moneda (CMM) y el Banco de México (Banxico) anunciaron cambios en las monedas de uno, dos y cinco pesos para dar un paso en la producción sustentable. Estas actualizaciones también permitirán producir las piezas a un costo menor y con elementos más amigables con el medio ambiente.
La medida forma parte del Programa Institucional de Casa de Moneda de México 2025-2026 publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el pasado lunes 3 de noviembre y, con ella México se sumaría a la tendencia en el uso de acero recubierto en las monedas provista por diversos países en el mundo.
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¿Qué cambios tendrán las monedas de 1, 2 y 5 pesos?
Esto debido a que el principal cambio que sufrirán las monedas de estas denominaciones es que su producción será a base de núcleos de acero recubierto de bronce, mediante una técnica conocida como electrochapado, en sustitución de la aleación actual de bronce-aluminio, a partir del ejercicio 2025.
El cambio supondría una disminución en los costos de producción de la moneda metálica, principalmente en la adquisición del metal, estimada entre 300 y 400 millones de pesos. El documento también señala que para algunas casas de monedas que implementan el acero recubierto, el desarrollo de este tipo de soluciones es fundamental para apoyar la economía circular, contribuir a reducir la huella de carbono e impulsar prácticas de abastecimiento responsables.
"Es por ello que uno de los retos principales de CMM para el periodo 2025-2030 consiste en transitar ordenadamente hacia el uso de cospeles de acero recubierto de bronce en el proceso de acuñación de moneda de curso legal", se lee en el documento oficial.
¿Qué pasará con las monedas de 1, 2 y 5 pesos que hay en circulación?
A pesar de este cambio, las monedas seguirán circulando como hasta ahora y conservarán su valor nominal, por lo que las personas podrán utilizarlas sin modificaciones en sus transacciones. La CCM prevé conforme a diversos estudios que las transacciones económicas a través de medios electrónicos se tripliquen en 2030 alrededor del mundo, con un crecimiento estimado de 61 por ciento.
Sin embargo, el uso de monedas y billetes seguirá siendo la forma de pago prevaleciente, sobre todo en economías en desarrollo, donde persisten limitaciones en infraestructura tecnológica y bancarización. En México esto podría explicarse debido a razones precautorias, expansión de la economía informal y mayores remesas desde Estados Unidos.